Seguridad en las fincas equinas
La alarmante realidad es que la SEGURIDAD EN LAS FINCAS EQUINAS es
un tema del cual pocas personas quieren escuchar o hablar. Sin embargo, las
fallas de seguridad en una finca de caballos significan "accidentes que
tarde o temprano van a ocurrir". Infortunadamente, debido a la poca
conciencia respecto a “seguridad” en la industria equina, este aspecto tan
importante suele descuidarse por la mayoría de las personas involucradas
directamente con las fincas (propietarios, administradores, profesionales de
los caballos y trabajadores), los visitantes a la finca (incluídos los clientes
y proveedores), e igualmente por la mayoría de los profesionales de bienes
raíces.
Los propietarios de las fincas equinas son responsables de tener
instalaciones seguras. Por esto, si una persona y/o un caballo sufre un
accidente allí, además de la frustración del dueño de la finca y del sufrimiento
de la persona y/o del caballo accidentados, siempre hay un componente económico
y legal.
A continuación, cinco consideraciones de seguridad en la finca para
tener en cuenta.
1. SEÑALIZACIÓN DE ADVERTENCIA: como mínimo, se deben colocar señales en lugares estratégicos de la finca que cumplan con la "Ley de responsabilidad en las actividades equinas" (‘Equine Activity Liability Act’) para el estado específico (hablando en Estados Unidos) en donde se encuentra la propiedad. Así, al leer el aviso las personas que ingresan a la propiedad son conscientes de los riesgos involucrados y queda implícito que los aceptan. No obstante, una persona que llegara a lesionarse en la finca (incluídos los visitantes y los trabajadores) aún puede presentar una demanda alegando negligencia, insuficiencia del suelo/subsuelo, instalaciones inadecuadas, etc. Infortunadamente, en algunos casos se puede probar que la acusación es cierta, lo cual hace que el propietario de la finca pierda el caso.
2. COMPRAR UN SEGURO: primero, comprar un seguro de responsabilidad civil. En segundo lugar, asegurar algunos de los caballos (o todos), para urgencias médicas o quirúrgicas, pérdida de uso o muerte. Sin embargo, ni siquiera teniendo en cuenta el posible deducible que deba pagarse al presentar un reclamo, en la mayoría de los casos el daño emocional y la pérdida financiera son mayores de lo que pagará la compañía de seguros.
3. PREVENCIÓN ES LA MEJOR PROTECCIÓN: las dos consideraciones anteriores (1. y 2.) no reemplazan la urgencia de TENER INSTALACIONES SEGURAS que ayuden a prevenir la mayor parte de los posibles accidentes a personas y caballos en la finca. La verdad es que tener las instalaciones más lujosas y costosas en una finca no siempre garantiza que estén bien diseñadas, conservadas y/o administradas con altos estándares de seguridad para las personas y los caballos. Además de la primordial necesidad de entender el comportamiento equino y las interacciones entre humanos y caballos, algunos aspectos a evaluar para determinar la seguridad en una finca equina incluyen:
a) Condiciones del lugar: topografía, clima, entorno, etc.
b) Construcción de las instalaciones para caballos: diseño, materiales.
c) Uso dado a las instalaciones: en función de la raza de caballos, la disciplina ecuestre y la edad/sexo de los equinos.
d) Administración: quién/qué ingresa a la finca; mantenimiento y reparación de las instalaciones y equipos.
4. AL COMPRAR UNA FINCA EQUINA: conviene asegurarse de que el agente de bienes raíces que te representa en esta búsqueda y la posterior negociación tenga conocimientos sobre seguridad y bienestar de equinos, de modo que pueda verificar si las instalaciones serán seguras para las personas (familia, , trabajadores visitantes) y para tus amados caballos.
5. CUANDO DESEAS VENDER UNA FINCA EQUINA: cerciórate
de que esta sea segura antes de ponerla en el mercado, para que los compradores
potenciales y los agentes inmobiliarios que los representan tengan menos
probabilidades de encontrar deficiencias de seguridad durante las visitas o la negociación.
Pues, al encontrarse fallas de seguridad generalmente podría reducir el interés
de los compradores en comprarla y de los agentes inmobiliarios en continuar mostrándola
a otros clientes. Esto podría conllevar a que se extienda el plazo para
venderla y, probablemente, a tener que bajarle el precio. Por lo tanto, el
agente inmobiliario que te represente en la venta de tu finca deberá poder
ayudarte a mejorar los estándares de seguridad allí tanto para personas como
para caballos antes de ponerla en venta, por lo cual tener conocimiento sobre este
aspecto tan importante es necesario para el agente que elijas.